AnToNiO RoDríGuEz AlMoDóVaR



Ya conté después de las Jornadas de Animación a la Lectura en las que participé, que haría una mención especial a Antonio Rodríguez  Almodóvar. Lo conocía por su obra y de algún vistazo en los medios de comunicación, y conocerlo en persona me ha cautivado. 

Federico nos lo presentó con la pasión con la que habla de la gente a la que ama y recordó que cuando Ana María Matute hizo su ingreso en la Real Academia de la Lengua en su discurso habló del tercer hermano Grim refiriéndose a él. Así que ante tamaña presentación, había que abrir bien todos los sentidos para empaparse de lo que quería transmitirnos aquella mañana.

Antonio comenzó recordando a quien le puso en el camino de de los cuentos populares, D. Antonio Machado Álvarez (padre de los poetas Manuel y Antonio) quien le ayudó a descubrir que en cada familia se manejaban alrededor de cien cuentos que se transmitían oralmente en boca de los mayores, que eran verdaderos oradores.

Estos cuentos populares comienzan a descomponerse al comienzos del siglo XIX cuando estas historias  tal como vienen de la tradición oral no les interesaba a la pequeña burguesía y cuando la iglesia prohibió su lectura y transmisión  en las escuelas por considerarlos "populares", por lo tanto vulgares.

Perraul y los hermanos Grim recogieron por escrito algunos cuentos europeos, pero sobre todo estos últimos edulcoraron las historias y a base de echarles azúcar hemos conseguido los cuentos políticamente correctos que nos avasallan en nuestros días.

Antonio no quería que se perdieran los cuentos españoles,  desperdigados y desmembrados a lo largo de nuestra geografía, y grabadora y cassette en mano recorrió pueblos y visitó a gentes para lograr completar los cuentos milenarios, mucho más antiguos más antiguos que la cultura clásica.
La espina del relato no se puede cambiar con las versiones (cada orador hace su propia versión) y siguiendo a Propp, el señor Almodóvar ha reconstruido cientos de ellos.

Así nació "Cuantos al amor de la lumbre" editado por Anaya. Desigualmente recogido por el público y la crítica.

A la editorial, nos contó Antonio,  llegaron quejas de muchos lectores (muchas maestras entre ellos) que denunciaban la barbarie y al crueldad de los cuentos. Don Germán Sánchez Ruipérez, responsable entonces de la editorial y mecenas de la literatura infantil y juvenil en muestro país, preguntó "Pero se venden o no se venden" y al contestar que se vendía muy bien, contestó "Pues se sigue con la publicación".



Las Bibliotecas escolares y de aula tienen entre sus estanterías la incombustible colección "Cuentos de la media lunita" editada por Algaida que ya alcanza los sesenta y cuatro títulos y que tanta compañía han hecho a los primeros lectores de alguna generación. Antonio los mima con amor y de entre ellos eligió contarnos aquella mañana  "Las tres naranjas del amor". Fue una delicia.

Aquí te dejo con el cuento del Gallo Kiriko contado por la inconfundible voz del veterano actor de doblaje Arsenio Corsellas. Que tiene el poder que debe tener un buen lector de cuentos o un buen escritor de cuentos... debe parecer que nos lo está contando, no que nos lo está leyendo. Este fue otro de los piropos que oímos a Federico cuando nos presentó a Antonio: lee y escribe como si lo contara.




Y lo que son las casualidades, hace una semana en un programa de televisión, allá que me encontré con D. Antonio Rodríguez Almodóvar, hablando de nuevo de cuentos. Muy interesante, da gusto oírlo. El programa completo en el siguiente enlace. Los oficios de la cultura

Comentarios

Lady Sterling ha dicho que…
¿A gente como ésta no se le da ningún premio de relumbrón, cuando hay en el mercado verdaderos fraudes?... ¡En fin!, como siempre, la vida es injusta. Es cierto que existen verdaderos obreros de las letras, gente que recopila tradiciones, bien en cuentos, canciones, oraciones o plegarias de misa o lo que sea, veo que es el caso de Antonio Rodríguez, que por parecerse, se parece a un primo mío que cumple una función parecida.