La Casa De Los RaToNeS

La CASA de los RATONES de Karina Schaapman editado en Blakiebooks.

La casa de los ratones mide casi dos metros de ancho y tres metros de altura y tiene más de cien habitaciones. Hay espacios al aire libre, talleres y callejones. Para que tuviera un aspecto real, la autora no quiso que las paredes aparecieran rectas sino que tuvieran un aspecto decadente y elegante a la vez por lo que se dedicó a recoger cajas de cartón de color naranja, apilarlas con equilibrio y pegarlas con cola de contacto para después acabarlas con papel maché que ayudó a reforzar toda la estructura. Con la intención de que los niños lectores de la historia de Julia y Sam, los ratoncitos protagonistas, supieran de la importancia del reciclaje y de las hermosas cosas que se pueden hacer con materiales de deshecho Karina Schapman utilizó tapas de botella, palitos de helado, telas de los años sesenta, que es la época humana que recrea; bombillas de bicicleta, fósforos, posavasos... además de cotar con amigos artistas que se encargaron de adornar las paredes con verdaderas obras de arte. El material con el que están hechos los ratones protagonistas también está estudiado al milímetro. Se nos presentan dos ratoncitos de aproximadamente ocho años, edad humana, que son muy diferentes. Julia es atrevida y Sam muy tímido. Julia es muy curiosa y Sam superbueno. Son complementarios en sus caracteres. Es así por lo que los personajes están hechos con el mismo material pero uno es el reverso y el otro el anverso. Le llevó mucho tiempo a Karina lograr confeccionar los ratones con forma de ratones pero cuando lo logró pudo hacer con ellos todas las historias que fue inventando. Ha pasado también mucho tiempo elaborando el lugar físico, cinco años dicen,   y ha pensado en cada uno de los detalles. Siempre lo hizo con la absoluta convicción de que cada lugar que iba construyendo tendría una historia en el libro. Todas la habitaciones tienen su protagonismo.



Así que cuando tenemos en nuestras manos este álbum, en realidad tenemos algo más que un libro. Es un compendio de artesanía y literatura. Las historias cotidianas que se van desarrollando a lo largo del libro son una delicia por la sencillez de vocabulario, apto para lectura infantil, y por la ternura alejada de la ñoñería a la que nos acostumbran algunas lecturas. Me ha gustado especialmente el hecho de que a pesar de estar protagonizado por un ratón y una ratona, los roles no son los típicos  de chico y chica a los que muchas veces se nos castiga en la mala literatura infantil. Sobretodo la comercial. 
Además es un lugar en el que perderse durante las horas que quieras buscando el detalle, disfrutando del recuerdo evocador de algunas de las imágenes: títulos de libros, discos... y releer de nuevo con una sonrisa en la boca.


No me atrevo a decir para qué edad puede estar recomendado pues como todo excelente libro puede ser disfrutado por los pequeños a los que se les lea, como por los adultos que lo disfruten como el mejor de los bálsamos.


Puede ser el mejor de los compañeros para una tarde de inviernos en la que se pueda retar a buscar entre los miles de detalles que albergan cada una de las habitaciones. O a descubrir con qué material podría estar hecho alguno de los muebles o complementos de los muchísimos que aparecen. O releer y releer. Recomendadísimo. 

La mayor de las suertes sería ver la verdadera casa donde viven Sam y Julia de la mano de su autora. Nos conformamos con este vídeo.

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