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Este lunes teníamos en al biblioteca del cole unos invitados muy especiales: los más pequeños de la escuela nos visitaban por primera vez.

Me asustan un poco los chiquitines. Son muy poco manejables y muy libres. Y muy sinceros. Así que uno se la juega cuando prepara una actividad para ellos.

El abecedario preparado en las ventanas. El espacio suficiente para que quepan sus fotos al lado de la letra de su inicial. Y esperar.

Todo en ellos es espera. Esperar a que todos vayan a aseo. Esperar a que suban todos las escaleras. Esperar a que se acomoden. Y esperar a que la actividad que les hemos preparado en el Equipo de Responsables de la Biblioteca sea un éxito.

Cogiendo sus fotos impresas en grande y adivinando por qué letra empieza. Reconocer la letra en el ventanal. Contar cuántos hay en cada letra. Reconocer el nombre de algunos personajes para poner en la letras que no tiene las iniciales de sus nombres... Toda una aventura.

¿Pero sabes qué? Son unos fieras. Conocen un montón de letras (hay un par de empollones que lo saben todo) y han aguantado como verdaderos campeones.

Para finalizar hemos echado una ojeada al libro de Mario Gomboli Animalfabeto y se lo han llevado a clase para saborearlo poco a poco con la seño Pepi que trabaja con ellos las letras y la poesía.

Ha sido un verdadero placer.

¡Estos chicos prometen!