El NiÑo BiSieSto
Lleva este libro en mi escritorio algún més esperando ser leído con intención de publicar su reseña y crítica el 29 de febrero. Tiempo que falta y que la llamada del mismo no era muy fuerte.
He de admitir que ya en el segundo capítulo me chirriaba bastante el tema y he tenido que hacer un esfuerzo para acabarlo y poder hablar con todo criterio de él.
No hay peor lectura que la que no te crees. Y la que no cuadra mucho todo lo que lees.
Según nos presentan el libro en la editorial:
A sus diez años, Daniel se siente diferente a los demás porque ha nacido un 29 de febrero; por eso en el colegio le apodan “Bisiesto”. Este libro es un relato en primera persona de sus experiencias, pensamientos y emociones: desde la rebeldía a la incomprensión, pasando por el despertar del amor, hasta la reafirmación de la amistad. Por encima de todo, “El niño bisiesto” es un texto tremendamente divertido, contado con la frescura de un niño. Desborda humor, imaginación e ironía; narra situaciones cotidianas que a veces se complican. Destaca también por las numerosas referencias cinematográficas y literarias, que remiten a la lectura de los clásicos
No quito que está contado con frescura, cierto, y que enganchará con los lectores de Primaria por lo dinámico de la narración. Escrito en primera persona contando sus desgracias este Daniel que nació un 29 de febrero. Pero utilizar para que la historia sea graciosa a maestros bastante lamentables, directores inútiles, sicólogos ineptos que diagnostican alegremente TDA y lo hace público, entrenadores de fútbol que utilizan este dictamen para insultar al protagonista, padre que para tranquilizar al hijo le dice que él también era tonto de pequeño, monitor de campamento que manda a los niños a buscar a un burro al monte mientras está lloviendo...
Junto a esto, que más parece estar cerca de los Simpsons que de otra familia aparecen referencias continuas en boca de este botarate a la mejor literatura infantil y no infantil de todos los tiempos: Tom Sawyer, La isla del Tesoro, Platero y Yo, La Ilíada, La Historia Interminable, Fuenteovejuna, El señor de los Anillos, Ricardo III de Shakespeare... y así hasta dejarte pasmada del prodigio de bagaje cultural de este chiquillo de doce años que para ser un desastre y el hazme reír de la clase, sin intervención ninguna del equipo docente, hay que apuntar, tiene además una culturilla en cinematografía bastante interesante: La Guerra de la Galaxias, Parque Jurásico, El señor de los Anillos, El Mago de Oz, Con faldas y a los loco...
Así que no me lo he creído. Y como adulta, me he sentido ofendida. Y como profesora he seguido leyendo con el pulso acelerado. ¿Es necesario tamaños despropósitos para escribir algo dinámico y divertido?
Para acabar el libro un capítulo lleno de poesía que me ha descuadrado bastante. Daniel descubre el poder de las palabras. La maravilla de la comunicación. La posibilidad de la poesía con el buen juego de las palabras mágicas. Su deseo de ser escritor. Utilizando para ello un lenguaje diametralmente opuesto al que nos ha acostumbrado a lo largo de la narración.
" ... Pues he aprendido que si vas descubriendo las palabras mágicas que sirven para cada cosa, las piedras se mueven y consigues todos los tesoros que quieras. Las palabras tienen poderes, y casi nadie lo sabe, pero el juego es descubrir en cada momento las que son buenas y las que no. Si en un examen no pones las que son buenas, ya sabes que te catean. pues lo mismo pasa en las demás cosas. Se lo he contado a los padres y me han dicho que a lo mejor me gustaría ser escritor de mayor, para poder conocer y utilizar las palabras, como hacen los escritores."
Así, de repente.
El texto va acompañado por unas ilustraciones de Federico Delicado magníficas llenas de luz y color inspiradas en algunos de los episodios que le ocurren a este Daniel que gustará a los pequeños pero que a mí me ha dejado un sabor poco dulce.
Aquí dejo un adelanto que nos presentan del libro para que tú opines y decidas leer o no leer este libro.
" ... Pues he aprendido que si vas descubriendo las palabras mágicas que sirven para cada cosa, las piedras se mueven y consigues todos los tesoros que quieras. Las palabras tienen poderes, y casi nadie lo sabe, pero el juego es descubrir en cada momento las que son buenas y las que no. Si en un examen no pones las que son buenas, ya sabes que te catean. pues lo mismo pasa en las demás cosas. Se lo he contado a los padres y me han dicho que a lo mejor me gustaría ser escritor de mayor, para poder conocer y utilizar las palabras, como hacen los escritores."
Así, de repente.
El texto va acompañado por unas ilustraciones de Federico Delicado magníficas llenas de luz y color inspiradas en algunos de los episodios que le ocurren a este Daniel que gustará a los pequeños pero que a mí me ha dejado un sabor poco dulce.
Aquí dejo un adelanto que nos presentan del libro para que tú opines y decidas leer o no leer este libro.
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