LeeR
ilustración de Eric Comstock
Leer es como ver una película en tu cabeza.
Si al cine hay que culparlo de algo... es de matarnos la imaginación cuando se hace una adaptación de un libro.
No digo más si se trata de una película infantil adaptada de un libro para niños. Y ya es la repera si la película es de Disney destrozando un cuento tradicional.
No hay sesión en la Biblioteca en la que a la hora de contar un cuento o hacer referencia a un libro no haya una vocecita inocente que te nombra una película.
La imagen nos ha comido. La imagen nos hipnotiza. A mí, la imagen me enamora... me cautivan las buenas fotografías y envidio a los ilustradores que saben poner dibujos y colores a lo que nos ocurre cada día o a cada uno de los sentimientos.
Pero el equilibrio entre la imagen y la palabra es difícil.
Leer, es como ver una película en tu cabeza. Y el poder de los libros es que cada lector se crea su propia película. Y si antes de disfrutar de la obra literaria cometes el error de ver la película versionando el libro, ya no podrás poner más rasgos a los personajes que los que te ha cincelado en el cerebro el vsionado en el cine. Ni otros colores en el paisaje.
¡Qué rabia!
De ese dicho que repetimos como cierto: "Más vale una imagen que mil palabras" disiento. La capacidad de mil palabras bien escritas arrasará contra una única imagen.
Porque es verdad: Leer es como ver una película en tu cabeza. ¡Cada uno con su propia película!
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