PrOYeCTo, LoS CoNTiNeNTes. ÁFrICa (II)
Kikanae Ole Pere, jefe maasái señalando en el mapa de la clase su comunidad
Vamos descubriendo el mundo a través del continente que nos ha tocado en clase. En 5º de Primaria África va saliendo por los poros. Un continente fascinante, diverso, espléndido en color, pobre, en crecimiento... A través de las actividades diferentes que se van haciendo en el aula, no solo se descubre algo nuevo de lo que se está investigando, si no que además se tienen razones para plantearse muchas dudas, muchas preguntas (algunas sin responder) e inquietudes.
Enriquecedor, sin duda. Como toda fuente de conocimiento.
Si además le añadimos el factor sorpresa y la excepcionalidad, ya es el no va más.
Gracias a Antonio Perán, integrante de la Fundación Juan Perán-Pikolinos y amigo personal de la tutora, se pudo contar con la presencia en clase de un jefe maasái, Kikanae Ole Pere, Willian para los occidentales, que estaba de visita en Elche por su participación en un programa de dicha Fundación.
Nunca lo hubieran imaginado estos chicos y chicas cuando la víspera Dolores, la tutora, les mandó investigar sobre una palabra que ellos nunca habían oído: massái. El jueves por la mañana había ya un montón de información en sus cuadernos, algunas muy curiosas y otras contradictorias... ¿eran verdad? ¿como podían saber si las notas tomadas eran ciertas? Bueno entonces llegó el momento de adelantarles la visita que iban a recibir por la tarde. ¡Vendría un jefe massái a visitarlos y contarles cómo es la vida en su pueblo!
Tarde muy calurosa, estábamos a más de 40º C pero el silencio sepulcral y sobrecogedor con el que se recibió a Willian y la emoción del momento pudo con cualquier inclemencia del tiempo.
Habló de su vida desde que era pequeño e iba a la escuela recorriendo a pie 20 km. de ida y otros tantos de vuelta. Dos cursos, sin zapatos. Y encontrándose por el camino todos los peligros de la selva. Desde entonces le rondaba la idea de hacer algo grande por su comunidad y conseguir que los niños no tuvieran que ir tan lejos a la escuela. Contó sobre el apoyo que recibió de su madre para seguir estudiando la Secundaria y la negación de su padre a vender la vaca para obtener el dinero para hacerlo. Entonces dice que descubrió que el pensamiento de las mujeres era mucho mejor y más unido a las necesidades de los hijos y que se propuso que cuando fuera mayor también trabajaría por ellas. Luchó contra un león y salió vencedor es por eso que él pudo elegir el papel que quería en su pueblo, y decidió ser el jefe. Su comunidad lo aceptó como tal porque reconocieron su valía y su inteligencia, además de que era una persona que se preocupaba por los demás. No fue un jovencito aceptado por los chicos de su edad pues no entendían su obsesión por cambiar algunas cosas y sobretodo la defensa de las mujeres siendo un hombre... No paró de hablar y de contar. Y no hubo palabra ni mensaje que pudiera ser despreciado. Un ejemplo de vida. Un joven jefe maassái inteligentísimo. Tan inteligente como que aprendió a hablar el inglés por escuchar y relacionarse con los turistas que visitaban su pueblo. Es el idioma que utiliza para comunicarse con los occidentales. El swahili es su lengua materna. Son cristianos. Y más, y más...
Los alumnos le hicieron muy inteligentes preguntas: cómo se organizaban, algunas costumbres...y algunas quedaron en el tintero. Una hora y cuarto muy condensada en emoción.
Se dejó fotografiar, nos prometió volver el curso que viene con algún presente para la exposición africana de la clase. Y dio algunos muy sabios consejos a los que escuchaban. Ni una mosca se oía.
¿Os aburro? preguntó a sentirlos tan callados, NOOOOOOOO contestaron.
Señaló en el mapa de la clase la zona que ocupa su comunidad: ocho horas tarda en recorrerse en coche, Entre Kenia y Tanzania, territorio entre los dos países.
Os dejo con la redacción que hizo una alumna recordando ese emocionante día.
El día 15 de mayo de 2015 tuvimos el placer de conocer a un chico maasái que nos explicó muchas cosas de su pueblo y cómo viven. Antes de eso, sabíamos que el pueblo de los maasáis tiene aproximadamente unos 500.000 individuos que viven en Kenia meridional y en Tanzania septentrional. Su idioma es el maa, pero son capaces de expresarse perfectamente en swahili e inglés. Su religión es el cristianismo y según ellos siempre la defenderán. En su visita él nos confirmó todo lo que habíamos averiguado y nos contó su historia,que por cierto, es muy bonita y ahora les voy a hacer un pequeño resumen de ella:"Desde que era pequeño tenía que hacer un esfuerzo muy grande para llegar al cole, así que decidió que cuando fuera mayor iba a hacer una escuela cerca de su aldea. de repente,un día decidió poner cuatro piedras bajo un árbol para enseñar a unos niños que no tenían el dinero suficiente para ir al cole. empezó con cinco alumnos y terminó con treinta y cinco ¡Qué avance! Hoy en día, tiene una escuela muy linda y con los mejores profesores de su pueblo.
Luego de hablar con nosotros y contarnos cómo fue que llegó a Europa, le hicimos varias preguntas y entre ellas esta:
- ¿Es verdad que no se pronuncia el nombre de quien ha muerto?
- No lo solemos hacer porque es muy triste, respondió.
Yo esto lo viví muy bien porque nunca me imaginé que tuviera esta oportunidad tan grande de conocer a una persona tan peculiar.
Me gustaron mucho sus últimas palabras antes de marcharse:
"Debéis estar muy agradecidos a sus padres porque a parte de arles la vida les da la educación"
y me llenó de orgullo ser una chica tan afortunada.
Agradecemos a Antonio Perán las gestiones para que esta experiencia se produjera en nuestro cole, a Isabel de la Fundación Juan Perán-Pikolinos que nos hizo de traductora e hizo lo imposible por venir y a la Fundación la oportunidad que da al pueblo maasái, sobretodo a sus mujeres, de mantenerse económicamente a través del trabajo que realizan para la empresa.
Habló de su vida desde que era pequeño e iba a la escuela recorriendo a pie 20 km. de ida y otros tantos de vuelta. Dos cursos, sin zapatos. Y encontrándose por el camino todos los peligros de la selva. Desde entonces le rondaba la idea de hacer algo grande por su comunidad y conseguir que los niños no tuvieran que ir tan lejos a la escuela. Contó sobre el apoyo que recibió de su madre para seguir estudiando la Secundaria y la negación de su padre a vender la vaca para obtener el dinero para hacerlo. Entonces dice que descubrió que el pensamiento de las mujeres era mucho mejor y más unido a las necesidades de los hijos y que se propuso que cuando fuera mayor también trabajaría por ellas. Luchó contra un león y salió vencedor es por eso que él pudo elegir el papel que quería en su pueblo, y decidió ser el jefe. Su comunidad lo aceptó como tal porque reconocieron su valía y su inteligencia, además de que era una persona que se preocupaba por los demás. No fue un jovencito aceptado por los chicos de su edad pues no entendían su obsesión por cambiar algunas cosas y sobretodo la defensa de las mujeres siendo un hombre... No paró de hablar y de contar. Y no hubo palabra ni mensaje que pudiera ser despreciado. Un ejemplo de vida. Un joven jefe maassái inteligentísimo. Tan inteligente como que aprendió a hablar el inglés por escuchar y relacionarse con los turistas que visitaban su pueblo. Es el idioma que utiliza para comunicarse con los occidentales. El swahili es su lengua materna. Son cristianos. Y más, y más...
Los alumnos le hicieron muy inteligentes preguntas: cómo se organizaban, algunas costumbres...y algunas quedaron en el tintero. Una hora y cuarto muy condensada en emoción.
Se dejó fotografiar, nos prometió volver el curso que viene con algún presente para la exposición africana de la clase. Y dio algunos muy sabios consejos a los que escuchaban. Ni una mosca se oía.
¿Os aburro? preguntó a sentirlos tan callados, NOOOOOOOO contestaron.
Señaló en el mapa de la clase la zona que ocupa su comunidad: ocho horas tarda en recorrerse en coche, Entre Kenia y Tanzania, territorio entre los dos países.
Os dejo con la redacción que hizo una alumna recordando ese emocionante día.
El día 15 de mayo de 2015 tuvimos el placer de conocer a un chico maasái que nos explicó muchas cosas de su pueblo y cómo viven. Antes de eso, sabíamos que el pueblo de los maasáis tiene aproximadamente unos 500.000 individuos que viven en Kenia meridional y en Tanzania septentrional. Su idioma es el maa, pero son capaces de expresarse perfectamente en swahili e inglés. Su religión es el cristianismo y según ellos siempre la defenderán. En su visita él nos confirmó todo lo que habíamos averiguado y nos contó su historia,que por cierto, es muy bonita y ahora les voy a hacer un pequeño resumen de ella:"Desde que era pequeño tenía que hacer un esfuerzo muy grande para llegar al cole, así que decidió que cuando fuera mayor iba a hacer una escuela cerca de su aldea. de repente,un día decidió poner cuatro piedras bajo un árbol para enseñar a unos niños que no tenían el dinero suficiente para ir al cole. empezó con cinco alumnos y terminó con treinta y cinco ¡Qué avance! Hoy en día, tiene una escuela muy linda y con los mejores profesores de su pueblo.
Luego de hablar con nosotros y contarnos cómo fue que llegó a Europa, le hicimos varias preguntas y entre ellas esta:
- ¿Es verdad que no se pronuncia el nombre de quien ha muerto?
- No lo solemos hacer porque es muy triste, respondió.
Yo esto lo viví muy bien porque nunca me imaginé que tuviera esta oportunidad tan grande de conocer a una persona tan peculiar.
Me gustaron mucho sus últimas palabras antes de marcharse:
"Debéis estar muy agradecidos a sus padres porque a parte de arles la vida les da la educación"
y me llenó de orgullo ser una chica tan afortunada.
de Karla, 5º de Primaria
Agradecemos a Antonio Perán las gestiones para que esta experiencia se produjera en nuestro cole, a Isabel de la Fundación Juan Perán-Pikolinos que nos hizo de traductora e hizo lo imposible por venir y a la Fundación la oportunidad que da al pueblo maasái, sobretodo a sus mujeres, de mantenerse económicamente a través del trabajo que realizan para la empresa.
feliz como una perdiz
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