¡PaDRiNoS LeCToReS! FANTÁSTICOS
"Historias de ratones" escrito e ilustrado por Arnold Lobel en la editorial Alfaguara.
Cuentos muy cortos sobre lo cotidiano, sentimientos y sucesos que apelan al día a día de los niños: los juegos, los miedos, los padres; lo inverosímil hecho realidad, como que sople el viento y un ratón marinero acabe con su barquito anclado en un árbol. Lobel es un autor que refleja muy bien el humor de los niños, que sabe lo que les ha de llamar la atención. Es curioso que el autor afirmaba que no escribía para los niños, que no se identificaba con ellos, ni le agradaban, sino que escribía desde el recuerdo de su propia infancia.
Siete historias cortas. Nada más abrir Historias de ratones nos encontramos con la ternura:
“-Papá, ya estamos todos en la cama - dijeron los ratones -. Anda cuéntanos un cuento.
- Haré algo mejor - dijo Papá -. Os contaré siete cuentos, uno para cada uno de vosotros, si prometéis dormiros en cuanto haya terminado.
- Te lo prometemos – respondieron ellos.
Y Papá comenzó”
Y de la boca del Papá ratón irán desgranándose las siete pequeñas historias que contiene este libro:
El Pozo de los Deseos, Nubes, Ratón muy Alto y Ratón muy Bajo, El Ratón y los Vientos, EL viaje, El ratón Viejo y El Baño... Hasta que todos los ratoncitos quedan profundamente dormidos.
- Aquí estoy- dijo el viento del oeste y sopló y sopló.
- Aquí estoy- dijo el viento del sur.
***
Te contaba ayer que habíamos acabado con la actividad de Padrinos Lectores por este trimestre con los alumnos de 2º de Primaria. Y te presenté dos trabajos de dos grupos con diferente resultado.
Pero para acabar nos reservaron un trabajo lector de este libro de cuentos de Arnold Lobel que nos dejó con un sabor de boca dulce y hermoso.
Nos demostraron cómo se puede trabajar en equipo, cohesionar ideas, recrear una historia original, ser creativos.... guau!!! lo mejor de lo mejor.
El grupo no acababa de encontrarle la gracia al cuento elegido para leer: ..... y decidieron hacer una versión suya.
OLÉ!
No tiene uno que aceptar siempre con los ojos cerrados a un escritor reconocido dentro de la Literatura Infantil. Además como ellos no lo reconocen como tal, se pusieron manos a la obra y escribieron su versión e hicieron sus ilustraciones.
Y al público, no se le escapa el detalle. Saben muy bien cuando una tarea está bien hecha. Silencio y colaboración.
Y Sofía empezó a leer.
Un ratón y su madre salieron a navegar en su barco pero no había viento y el barco no se movía.
- ¡¡Viento!!- gritaron.
- Ven y sopla para que nuestro barco cruce el río!- gritó el ratón.
- Aquí estoy- dijo el viento del oeste y sopló y sopló.
Los ratones y el barco volaban por los aires.
Y fueron a parar al tejado de una casa.
Los ratones asustados llamaron otra vez al viento.
- ¡Viento!- gritó la madre- ven y sopla y baja mi barco de esta casa.
- Aquí estoy- dijo el viento del este.
El viento sopló y sopló y los ratones, el barco y la casa volaron por los aires y fueron a parar en lo alto de un árbol.
Y... otra vez de nuevo los ratones asustados llamaron al viento.
- ¡Viento!- gritaron los dos.
- Ven y sopla y baja nuestro barco de esta casa y de este árbol.
- Aquí estoy- dijo el viento del sur.
El viento sopló y sopló tan fuerte que la casa, el barco, el árbol, el barco y los ratones llegaron a la cima de una montaña.
- ¡Viento! baja nuestro barco de esta casa, de este árbol y de esta montaña.
- Aquí estoy, dijo el viento del norte.
- Baja nuestro barco de esta casa, de este árbol y de esta montaña.
El viento sopló y sopló hasta que por fin volaron por los aires y fueron a parar a un lago profundo.
De la montaña solo se veía la cima y se convirtió en una isla, el árbol fue el único árbol de la isla y la casa la única casa de la isla y la ratona que estaba dentro de la casa se asomó por la ventana y dijo:
- Qué sitio más bonito para vivir.
Estamos muy contentas del resultado del apadrinamiento. Creemos que este tipo de actividades fuera de los ejercicios de escribir y contestar en el cuaderno, establece otro orden entre los alumnos. Aquel tímido se descubre como un buen lector, el que no controla la aritmética demuestra su maestría plástica, al que se le atraganta el cálculo es el mejor manejando una marioneta... Nos gusta establecer otros criterios.
Muchas felicidades a Anna, Sofía, Cynthia y Andrés. Habéis puesto el listón muy alto.
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