aBeCé DiaRiO
"Abecé diario" de Raúl Vacas con ilustraciones de Elena Queralt y editado por Edelvives.
Tal como lo presenta la edición de este poemario. " 29 poemas de la A hasta la Z. Don Gato, el Conde Helado, i de intriga, la Bella Durmiente... juegos de palabras, trabalenguas, historias breves en verso, escenas sorprendentes, palabras a medio escribir y otras descolocadas. 29 poemas para disfrutar inteligentemente del lenguaje y sus infinitas posibilidades.
Abecé diario propone jugar con las letras y con las palabras, pero también encender o avivar el interés y el gusto por la poesía. Para ello es importante perderle el miedo y convertirla en un instrumento de aprendizaje y en un método de descubrimiento de las cosas.
Cada poema propone un tema distinto: la vida de algunos animales (urraca, mosca, vaca, pato), el ámbito familiar del niño (padre, madre, prima), su universo interior (sueños, canciones, recuerdos, cuentos populares) o la relación del niño con el lenguaje (un texto elaborado con palabras que empiezan con la misma letra, juegos con esdrújulas, poemas en los que se altera el orden de los versos o en los que se intercalan unas palabras en otras, un poema incompleto...).
El libro está concebido para el trabajo en el aula. El profesor se encargará de explorar su interior, de revelar algunos trucos ocultos, de comentar con sus alumnos las sensaciones que le ofrece cada texto y de invitar a los niños y niñas a que jueguen a imitar determinadas estructuras.
Uno de los objetivos del libro es poner en relieve la importancia del juego con las palabras, pero también propiciar la lectura en voz alta y hacer hincapié en la musicalidad del lenguaje.
Extracto de la Guía de Lectura de Abecé diario.
X, DE AUXILIO
¡Extra, extra!
Doña Merluza casi se asfixia.
Cuando iba en taxi le faltó oxígeno,
vino en su auxilio un pez exótico
y el boca a boca le ha hecho con éxito.
T, DE TRAVESURA
Un día de mucho tarafico
un transeúnte doromido
toropezó con una piédara
y un bárazo se ha paratido.
Como medio de taransporte
lo levan en coche fúnebere
a un famoso taraumatólogo
al otoro lado del cúruce.
Pero al llegar a la quilínica
y al hacerle un par de puruebas
ha esquírito cuátoro cosas
el médico en su carapeta.
y a este póbere taraseúnte
a la luz de un candelábaro
le trataron su faractura
y así se curo de milágoro
Ahora vive en la cubiéreta
de un baraquito peredido
haciendo mil taravesuras
el taranseúnte doromido.
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