Día De La BiBLioTeCa


Un triste recuerdo es el de la destrucción de una Biblioteca. El 24 de octubre de 1994 se destruyó durante, el mal llamado conflicto de los Balcanes, una guerra, la Biblioteca de Sarajevo. En memoria a este deplorable acto la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil nos quiere concienciar de la importancia de estas instituciones para la salud cultural de los ciudadanos y en homenaje a los bibliotecarios.

Hoy 24 de octubre es el día.
El cartel de este año está ilustrado por Carmen Solé y el pregón ha estado a cargo de mi querido y admirado Antonio Rodríguez Almodóvar. La ilustración de Carmen y el texto de Antonio hacen un homenaje a Ana María Matute.


-¡Ana María, despierta! 
El príncipe se quedó contemplándola. Era guapa, el pelo negro, los ojos grandes, la boca carnosa. Luego la sacudió suavemente, por un hombro. Insistió:
-Vamos, mujer, que ya es hora.

Ana María, solo después de un rato, empezó a moverse. Primero movió un dedo, luego una ceja, luego entreabrió un ojo.
 -¿Y tú… quién… eres? –preguntó, no sin gran esfuerzo.
 -¡Soy el Príncipe Azul!
 -¿El qué?
 -El príncipe… ¿No te acuerdas? Tenemos que amarnos.
 -¿Es obligatorio?
 -Claro, lo manda la tradición.
 -¡Pues entonces vete a hacer gárgaras!
 Ana María se giró hacia un lado y volvió a dormirse. El príncipe quedó sumamente desconcertado. Se incorporó del filo del lecho y se puso a pasear la estancia. Vio las telarañas del tiempo colgando de los pesados cortinajes, vio a un par de alabarderos durmiendo de pie, la nariz del uno apoyada en la nariz del otro. Vio, o mejor dicho, escuchó la estridente sinfonía de ronquidos que le llegaban de todas partes de aquel palacio encantado; ronquidos atronadores de guardianes forzudos, ronquidos silbantes de cocineros exquisitos, ronquidos trascendentes de capellanes gordinflones, ronquidos, ronquidos… Como que tuvo que taparse las orejas para no ser víctima de aquel terremoto sónico… y entonces se dio cuenta: ¡el fuego de la chimenea también dormía! Se acercó, aproximó una mano a aquellas llamas petrificadas y quedó ensimismado… Luego de un tiempo incontable, levantó la vista y vio sobre la repisa una hilera de libros. Eran libros de cuentos, los únicos objetos de aquel lugar que no habían acumulado polvo ni telarañas. Con un tembleque en el dedo índice de la mano derecha, impropio de todo un príncipe, fue recorriendo los títulos: Cuentos de antaño, de Charles Perrault, Cuentos de los hermanos Grimm, Cuentos de H. C. Andersen, Cuentos de Ana María Matute... Al leer este último, el corazón empezó a repicarle. Sacó el libro y lo abrió. Al azar fue leyendo: “Todos nos acostamos con el lobo, pero lo que no podemos hacer es confundirlo con la abuelita.” “La infancia es más larga que la vida”. “El que no ama está muerto”.

       Justo al acabar esta frase, cesaron los ronquidos y el fuego de la chimenea cobró repentina vitalidad. El príncipe se apartó.  
 -Eso, ahora ponte a curiosear en mis cosas -oyó a sus espaldas.
 Levantó un poco más la vista y vio, en el espejo de la chimenea, cómo se incorporaba en su magnífico lecho una dama todavía más magnífica. Casi cien años de edad, el pelo totalmente blanco y la sonrisa totalmente pura. -¿Se puede saber qué día es hoy? 

-¿Hoy?-El príncipe no tenía ni la menor idea. 
-¡Me acabo de acordar!-exclamó ella-.¡Es 24 de octubre, día de la Biblioteca! ¡No te quedes ahí pasmao, que los niños nos están esperando! ¡Vamos, Príncipe Azul, mueve el culo!

                           Antonio Rodríguez Almodóvar




Comentarios

Lady Sterling ha dicho que…
Precioso homenaje a Ana María Matute y muchas felicidades a todos aquellos que cuidáis tan bien a los libros.