Mi MaDrE eS PeQuEÑa
Ilustración de Ericka Lugo
No sé si te lo he dicho:
mi madre es pequeña
y tiene que ponerse de puntillas
para besarme.
Hace años yo me empinaba,
supongo, para robarle un beso.
Nos hemos pasado la vida
estirándonos y agachándonos
para buscar la medida exacta
donde poder querernos.
de Begoña Abad de su libro "La medida de mi madre" en la editorial OLIFANTE
F E L I C I D A D E S a todas las madres del mundo. Hoy que se celebra aquí en España.
Pero F E L I C I D E S todos los días del año.
Y felicidades a todos los hijos.
Para los que tuvimos la suerte de hacer nuestra vida a su lado. Estando cerca o lejos.
Para los que tenemos la suertes de agacharnos para darle besos. Estando lejos o cerca.
Para los que apenas pudieron estar a su lado.
Porque tener un origen supone tener una madre. Un vientre original. Un kilómetro cero.
NO NECESITO un hijo que me quiera,
ni que sea feliz, ni hermoso,
ni que triunfe y me sonría,
ni un hijo que me cuide,
me proteja, me tutele.
Necesito, simplemente,
un hijo que me sobreviva
y al que poder amar hasta el final.
Si me faltara,
¿qué haría yo con tanto amor
como me crece para él
cada mañana?
de Begoña Abad en su libro "Cómo aprender a volar" en la editorial OLIFANTE
Parece mentira, pero mucho mejor que tener una madre, es tener un hijo. No podría haber expresado mejor el deseo primero de toda madre: sobrevivir a los hijos. Por encima de su inteligencia, su bondad o su hermosura.
Gracias a Begoña por estos magníficos poemas que tan bien expresan el binomio de madre-hijo/a.
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